Estar sin pareja, lejos de significar “soledad”, significa tiempo con uno mismo y tiempo con otro tipo de relaciones. Digo esto, sobre todo, porque nuestra cultura ha conceptualizado de manera despectiva la soltería…
Entonces decimos a un hombre soltero: “Ay, siquiera… Así puede salir sin problema, nadie lo molesta y puede tener muchas amigas y conocer muchas mujeres y después está con la que es. Disfrute de la soltería que nadie lo está vigilando…”.
Y decimos a una mujer soltera: “Pero, ¿qué pasó? Es que usted los espanta… ¿Por qué no sale con sus amigas a ver si consigue un novio? Es que usted lleva mucho tiempo soltera…
Como estos, hay muchos otros estereotipos relacionados con la soltería, y como no cuestionamos esos comentarios, los estamos aprobando y perpetuando.
Si ya no estás a gusto con la soltería, revisa qué es lo que te incomoda de ella, si es no tener con quién salir los fines de semana y con quién estar en eventos familiares y con amigos (que lo escucho mucho en el consultorio), o si es porque en este momento tu deseo es compartir la vida con alguien que sincronice con tus ideas y proyectos y tú con las de esa persona…
No hay recetas para dejar la soltería y entrar en una relación. Las apps de citas les funcionan a algunos, que los amigos presenten personas le funciona a otros, no buscar y simplemente cruzarse con quien corresponda, le viene bien a muchos otros…
Lo más importante, la pregunta que más cuesta responder en el consultorio cuando conversamos esto es: ¿estás siendo una buena compañía para ti?
Pregúntate si quieres pareja o te estás evitando… Son cosas muy diferentes.
Seguimos hablando EnConfianza, hasta pronto.
Juliana.